No solo sonreír - MI CRONICA DE LA MAMOCU

Rosa Collado.

23 km. 

  

Bueno, pues vamos a estrenarnos y a intentar hacer una pequeña crónica de la MAMOCU, la Maratón de Montaña de Cuenca, la gran esperada, la elegida este año para el viaje del Club, mi primer viaje con el Club y nuestro objetivo en todos los entrenos de esta temporada.

            Debo decir que desde que llegue al Club en septiembre me he sentido fenomenal entre vosotros, vuestra acogida ha sido inmejorable y he disfrutado de entrenos y salidas, que son menos de los que quisiera, tanto con “los setas” como con “los patas”, aunque me tire más el campo porque siempre fui un poco cabra.

            La carrera se presentaba con buen tiempo y todo listo y preparado para poder disfrutarla y yo puedo decir que la disfrute mucho, era la ciudad perfecta: “Cuenca es Única”, el tiempo perfecto: sol y algo de calor y la compañía perfecta con todos vosotros.

            Creo que la distancia que yo hice, 23 km, también contribuyó a que no terminase demasiado mareada de dar vueltas a Cuenca, como comentó alguno de mis compañeros que hicieron la Maratón, porque se pasaba varias veces por algunos sitios de la ciudad, lo que descolocaba un poco.

            La primera parte de la carrera era muy bonita, después de una primera subida, había sendas de bajada con buen firme y pendiente justa para disfrutarlas dejándote llevar, poco a poco se fue complicando con subidas y bajadas más duras, que dado lo seco del terreno requerían estar muy atentos para no acabar rodando, lo cual era bastante fácil, esto además dejaba poco tiempo para disfrutar de las preciosas vistas de las hoces desde cualquier punto algo elevado.

Y así, sube y baja constantemente, ya fuera por escaleras de piedra o atravesando todos los montes que rodean la ciudad, hubiese camino o no, con algún trozo de pista para estirar y relajar un poco las piernas, llegue hasta la meta, en un tiempo mejor del que esperaba y con una gran sonrisa en la cara, la que te arrancan esas animadoras/es que están  esperando a que todos y cada uno de nosotros lleguemos, nuestros compañeros del club y parejas que siempre están ahí y hacen que la sensación de satisfacción y de haber conseguido tu objetivo sea plena.

Espero poder seguir sonriendo cuando corro, una vez leí un artículo que decía que al sonreír corriendo se corre más rápido, y así seguir mejorando, además de terminar siempre pensando en cuál será el siguiente reto, esto es algo que lleva dando vueltas en mi cabeza desde el día 24, que es “todo lo que vendrá después…”

Solo me queda dar mi enhorabuena a todos mis compañeros por sus carreras y mi gran admiración a los que hicieron la Maratón, algo que quizás pueda hacer algún día.