Crónica de mi MAMOCU 2019, Pronador Errante.
Con diplomacia, pero sin vergüenza, el hombre que tuerce los pies errantemente desde hace 51 años erro su camino para llegar a Cuenca la mañana del 23 de marzo junto con sus compañeros y compañeras del club de atletismo Villanueva, para recorrer los 44 kilómetros de los que constaba el famoso y temido MAMOCU en su versión extra larga.
Hace tiempo que ya sabemos de la locura de este individuo, cosa que achacábamos a los más de tres mil rondos villanos que lleva en su cerebro, o sus ochenta mil vueltas a unas pistas de atletismo por la calle que no le corresponde. Pero ahora es mucho peor la cosa…..
De tanto coger setas por la noche, de tanto echarse al monte, de tanto sol en una cabeza sin pelo, de tanta bipolaridad para distinguir senda de sendero, de tanto cazar gamusinos, el pobre ha perdido la poca cordura que le quedaba…e incluso la noción del tiempo, el espacio y lo que es más importante la del ritmo… Ya que antes corría a una velocidad supersónica de nada menos que 4 a 7 minutos el kilometro dependiendo el entrenamiento o distancia a realizar, y ahora a veces trota, a veces anda e incluso se ayuda de unos bastones para subir montañas….
Es un caso perdido. Por más que sea el bloguero y que de pequeño se cayese en la marmita donde se cocía la pócima de la imaginación, por más que vea nubes donde otros ven solo sombras, vasos siempre medio llenos, por más que dote de vida ,aire y pulmones a lo que es inanimado.
Carta de tú alter ego.
Tú, José Fernández Valencia.
Siento decirte que este tipo de carreras no se adaptan para nada a tus características. Pero tampoco te hagas demasiadas ilusiones, ya que nadie viéndote venir podría relacionarte con cualquier tipo de prueba atlética. Seguramente que con un par de tatuajes en sitios estratégicos pasarías más por el motero malo, malote de la película que por corredor, popular. Quizás con un casco y un arma sin afilar serias un buen extra en una serie de bárbaros norteños, pero con esas zapas y ese calzoncillo en la cabeza, no sé qué decirte, salvo que quieras que sea sincero….Quizás has llegado aquí, al trail, el camino, la roca y la montaña, huyendo del estereotipo de corredor rápido que no eres o del pistero que nunca serás. Quién sabe.
Quizas lo que eres o serias en un cuento de ficción sería un cazador de Gamusinos, sin patria, sin miedo y sin rencor.
Pero bueno ya que te pones, con más esfuerzo que vergüenza y sin ninguna gloria, te has plantado en tú octava carrera de montaña de la temporada, cuarto maratón con desnivel positivo del año con tus pies escandalosamente torcidos.
Cazando miles de Gamusinos....
Así, haciendo filigranas pasas del sábado al domingo en un abrir y cerrar de persiana de hotel, y estas en el parque enredado entre tus compañeros de equipo. Los cuales tampoco tienen las características… o quizá sí, pero que como a ti les gusta llevar el cuerpo al límite, les gusta la belleza que anida fuera del triste y anodino asfalto gris, les gusta el desnivel y todo lo que vendrá después…y sobre todo andar sin avergonzarse de ello, porque ya sabemos el lema que dice “APUNTATE A UN TRAIL QUE SE ANDA”. Otros hacen quinielas, ganchillo o van al bar, tú subes montañas para poder hacerte un selfie sonriente en el punto geodésico y vacilar de ello. Y de todos esos Gamusinos que te metes en el zurrón.
En un subir y bajar de atracción de feria eterno te montas en el MAMOCU y su carrusel de subidas y de bajadas. Que si las Antenas, que si el cerro del Socorro, el Castillo, la Guindalera, las hoces, el Altar, el puente de Valdecabras. Y todo sin salir del término municipal, pasando una y otra la diapositiva de Cuenca en nuestra retina en un deja vu de 44 kilómetros.
Con un remate final de dos subidas y bajadas imposibles (una con pendiente media del 44 por ciento) de esas que te hacen difícil lo difícil.
!!Qué bonita y que única es Cuenca. Por la gloria y el cerro de La Merced y el de San Cristobal!!
En algún momento de la carrera coincides con tus compañeros, con otros corredores, con seguidores del strava o te suena el whassap para hacerte compañía. Pero de repente estas solo, muy a lo lejos ves algún corredor inalcanzable y la mirada atrás siempre te devuelve lo mismo, trastabillar, pifiarla y casi caer por no ir pendiente de lo que debes, de los matojos, las salientes ramas, las piedras del pseudo camino. No coges ritmo, no reciclas lactato, pero suficiente tienes con ir pendiente de las señales para no perderte y de apoyar los bastones para sostener tu pesado cuerpo. Qué curioso José. Ahora que subes te das cuenta que no sabes subir, apoyando esas manos en los bastones para darte un falso impulso. Y esperas a llegar a la bajada para recuperarte. Pero al bajar, te das cuenta de que te duelen todas las lesiones mal curadas que has acumulado en tus años de pronador popular y errante, y de trabajador popular también.
Y ya no sabes si te duele el pubis, la cadera o un testículo.
Y no avanzas, y el lactato que sigue acumulándose en tu vientre (o serán gases) y esperas al llano para marcar tú ritmo. Pero el llano de Cuenca es un falso llano entre bosquecillos y pedreras, porque ya sabes que Cuenca es única y su bosque esta habitado de gnomos, duendes, el tío del mazo, el churrero de Calatrava y princesas del bosque. Y llevar el ritmo duele, porque significa acelerar y no guardar en la retina todo esto y más.
Pero avanzas, pero sigues, siguiendo las marcas. Intentando no dejarte llevar tras las liebres, las cabras o el sombrerero loco. Entre otras cosas porque si te quedas o despistas allí nadie te va a ir a buscar, pasarías a ser un personaje del cuento. A ser piedra, ser musgo, ser brizna en el monzón.
Y quien sabe cuándo este cuento volverá a ser leído.
Kilómetro a kilómetro, Gamusino a Gamusino van cayendo bajo tus barbaros pies. Cazados, pisoteados, aplastados, registrados en tu Polar y que pasaran a formar parte de tú estadística strava en el pérfido y efímero mundo del virtualismo.
Entonces solo haces una cosa. Seguir. Eso sí, en las fotos saldrás con el pulgar hacia arriba, levantando los pies del suelo, los torcidos, incluso sonriendo, si a esa mueca se le puede llamar sonrisa. Pero tú sabes lo que llevas encima ¿Qué no te duele? ¿Qué musculo tienes intacto chaval? ¿Qué hueso no tienes desgastado? Encima no te has dado bronceador y te estás quemando la p... calva.
Virtuoso
tuercebotas.
Y te juntas con algún corredor que con sus ojos te dice hola. Y otros que te van diciendo adiós.
Y llegas, claro que llegas. Dignamente a la meta del Parque.
Coges aire cuando quedan 50 metros y te pones a correr como si tal cosa. Después de 44 kilómetros y de 2700 metros de desnivel positivo. Llegas, de los últimos, eso sí, pero dentro del tiempo que la organización establece.
Quizás qué en alguna como esta o alguna como otra vez te baste o seguramente que no, con ser el último para ser primero alguna vez, como dice García.
Sin tatuajes, sin moto, sin casco y sin espada....
Solo te queda quitarte el disfraz de corredor, recomponer los trozos desajustados del andamiaje y…en la mejor compañía posible. …la de tus colegas del club y de esa super woman que tienes como esposa.
Esos compañeros y compañeras. Que en esta ocasión son unos y en otras aventuras serán otros, pero son de los tuyos, sean más “piernas” o menos “piernas”, más “patas” o menos “patas”, más “setas” o menos “setas” son todos lo mismo, “gente normal” sin sectarismos.
Porque que nadie se lleve a engaños, compartirlo, es lo único que nos mantiene en esto. El entreno, el frontal nocturno, las bromas de los que sufren contigo y un largo etc.
Al menos a vos, José. Dos pies, un solo pronador errante.
FOTOS VILLANOS PINCHANDO |
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Clasificaciones:
Angel Ballesteros se tuvo que retirar a causa de una durisima caida sobre el km. 24 de la maratón.
También corrió y compartio fin de semana con nosotros Ruben "el cuñao" Benito y familia.
Gracias a todos los corredores, corredoras del club, amates esposas y queridos esposos. Organizadores del viaje y resto de fauna villana.
5 comentarios:
Impresionante!!
Solo acto para valientes o en su defecto locos...
Superior Jose. Es un auténtico placer y un deleite leer y releer tus crónicas una y otra vez. Para mí lo importante no es "ser el primero", que nunca lo seré, o "ser el último", que si que puede que lo sea; lo realmente importante es ESTAR y sobre todo LLEGAR . Y no se trata de valentía o de locura, simplemente es actitud y una forma de entender la vida y el deporte. En una palabra Magnetotermia.
Muchas gracias por tu crónica Jose. Y felicidades a tod@s los que fueron a Cuenca y tomaron parte en esta edición tan dura, independientemente de la distancia y de que terminaran o no.
Genial Jose, como siempre son tus crónicas, q envidia d imaginación y facilidad para relatar!!!
Grande José,genial ejercicio descriptivo e imaginativo.
Ya quisiéramos otros..
Gracias
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