Fui a por lana y salí "trasquilao"

Crónica MAMOCU de El buscalios (Isaac Pinto).

A estas alturas de la película me puedo considerar como un principiante en esto del Trail Running o Trail-ruinning como algunos amigos míos lo han rebautizado. Sí amigos a pesar de llevar casi tres años corriendo por el campo, no puedo considerar que esté ya habituado a las carreras de montaña, tal y como pude comprobar el fin de semana del 24 de marzo en Cuenca, en la MAMOCU (MAratón de MOntaña de CUenca), tras la bofetada de realidad que recibí.

Hace unos días me apunté a la carrera Long Trail Guara Somontano de “solo” 52km con 2.900mD+ como cuarto y último reto de 2019, hablando con “el Cuñao” decíamos que no podemos considerarlo como reto de temporada porque es corta y con poco desnivel, en comparación con las carreras de 2018. -Se os está pirando la almendra con las distancias y desniveles, es bajar de 60km y os parece poco- Creo que este tipo de retos nos hacen perder la perspectiva y hace que cometamos el error de subestimar carreras “preparatorias” como MAMOCU

El pasado 23 de marzo, después de dar un paseo visitando Cuenca con amigos y familiares, hablando con mi compañera Erika del club, me decía: -¿Mañana por dónde prefieres que te pase en la carrera?- Lo decía como comentario gracioso, y yo le contesté que por encima, y eso fue exactamente lo que pasó en carrera. A falta de 3 km para llegar escuché detrás de mí un: -I can’t belive it, ¿te rebano o te espero? A lo que contesté: -Rebana, rebana. Qué gran carrera que hizo Erika, al igual que todos mis compañeros.

Comencé la carrera muy bien, con mucha confianza (demasiada): -Venga, vamos a hacer un maratón de montaña, para preparar el ultra; - Entre seis y siete horas y pa’ casa. Y estos pensamientos pasaban por mi mente como si nada, como si una carrera de estas circunstancias no supusiera un esfuerzo, como si no me fuera a costar hacerlo. De hecho así fueron los primeros 15 km. Entre el 15 y el 25 empecé a no encontrarme tan bien como esperaba: -Lógico huevazos, o ¿qué esperabas?-

Me volví a torcer un poco mi tobillo izquierdo, y la rodilla izquierda (la buena) me empezaba a tocar al timbre y darme las largas. Tampoco os he dicho que llevaba la mochila para guardar los guantes y demás ropa, pero sin camelbak: -¿Para qué me la voy a llevar?, total es una maratón. -Más tonto y sobrado no se puede ser-. Por detrás suena el séptimo de caballería, viene tocando la corneta “el Cuñao” con su playlist punk. En ese momento no os podéis imaginar qué alivio sentí de encontrarle a mi lado porque lo empezaba a pasar realmente mal, sin agua, sin fuerzas, con dolores…

Desde el km 25 hasta el 44 (meta) fue un penar continuo, normalmente tengo momentos de desconectar cables en mi cabeza (ya lo sabéis) pero en esta ocasión fueron casi cuatro horas. Mi rodilla “buena”, cada vez que se ponía cuesta abajo el terreno, comenzaba a pintarme mensajes de warning en rojo en mi retina y a tocar la sirena. Hacia arriba no tenía problema, de hecho estaba deseando subir, pero llaneando o bajando no podía con el dolor. -Bajando soy un crack, que bien se me da.   -Eso te pasa por listo, si hubieras sido algo más conservador no estarías así.

Llegada a meta donde me esperan los amigos del club y Rocío, para correr los últimos 100m en unos 6 segundos. Gracias Rocío por seguirme en estas locuras, saber que estas en la meta hace que no piense en retirarme y que intente poner la mejor de mis caras cuando llego. Abrazo con “el Cuñao” mi compañero de fatigas, que en esta ocasión tuvo que tirar de mí para llegar.

Creo que el viaje del C.A. Villanueva de la Torre 2019 a MAMOCU me ha dado un buen baño de humildad, me ha puesto en mi lugar y me ha hecho ver que no hay carrera fácil, que las cosas no se consiguen sin sudar ni sufrir. Fui a por lana y salí “trasquilao”. Por lo demás puedo decir que ha sido un fin de semana genial conviviendo con mi gente, disfrutando de la compañía y reencontrándome en la montaña.