El talento de Mister Tori , crónica de Costa Blanca Trail 46 km.






Introducción: Costa Blanca Trail 2019 

Cerca de esa ciudad donde tocaba el acordeón una tal María Jesús, donde la edad no tiene límite para pasar unas vacaciones de enero a diciembre, donde el guiri es Dios y los edificios rozan el cielo, existe un pueblo que se llama Finestrat. A tan solo 13 kilómetros, a tan solo 20 minutos en coche, pero que al llegar parece que estas en otro mundo, en otra historia. Allí se encuentra contemplando el pueblo desde su pedestal calcáreo de roca caliza el Puig Campana, a 1410 metros de altura en su cumbre. Una mole impertérrita que guarda tras de sí un maravilloso mundo de sendas y barrancos.  Desde la misma plaza del pueblo se  distingue bastante bien el Puig Campana con su tajo entre piedras que es llamado “el tajo de Roldan”. Cuenta la leyenda que este gran tajo del Puig Campana fue hecho por Roldán, el comandante de Carlomagno, luchando contra un caudillo musulmán. Enzarzados en duelo, terminaron en la cima de la montaña. Con el jefe moro casi abatido, Roldán fue a darle el estoque final con la mítica espada Durandara, pero fue esquivada, cortando un gran pedazo de roca que fue rodando hasta el mar, dando lugar a la isla de esa ciudad, de Benidorm.







                 El talento de Míster Tori.



Se llama Javier Toribio Villaverde, pero todos le conocen como “El Tori” aunque le llamamos de forma coloquial el zorro, por lo ligero y astuto. Yo le llamo “ratonero gris” porque en una vida paralela estoy seguro que estudio en la escuela del sigilo, por eso sube liviano las montañas, casi sin hacer ruido.




Yo, que soy un burdo bárbaro no suelo coincidir en las carreras con él, aunque si en los entrenamientos. Pero en esta ocasión y por diversas circunstancias compartimos la ida y vuelta a Finestrat.

Aunque debo de ser sincero y si bien salimos juntos de la plaza de La Unión Europea de Finestrat, nada más iniciarse sobre el kilometro 1 la subida del kilometro vertical al Puig Campana se me escabullo como un pez de las manos.

Y es que el chaval tiene ese talento y es un autentico licenciado en subir montes como si subiera las escaleras de su casa. 4 kilómetros después ,  mil de desnivel positivos menos, y hora y media de reloj transcurridas llegué a la cima y allí estaba Míster Tori en el punto limítrofe de la tierra y el cielo, como una estatua en un mojón, cámara en mano para retratar para la perpetuidad la llegada del percherón a la cumbre.

       Y allí el Puig Campana hizo "Tolon, Tolon, Tolon"




Tras las fotos, y para que no quedase en el olvido tamaña gesta, Míster Tori abrió su cantimplora y llenamos las copas de cartón reciclado con el aguamiel que elabora de forma secreta en el garaje de su casa, y brindamos...

-Por ti, por mi, por el del club de los Flop que va delante, por el descalzo de Yunquera que salió de noche, por todos mis compañeros, por mi primero….. Pero oye Tori no traes algo de picoteo para que entre mejor, que este mejunje me está quemando el gaznate.



Y como siempre, ágil y rápido saco del calcetín un puñado de ajos negros que deleitamos y lloramos.





-      -Adiós chaval.- Me dijo, mientras se lanzaba al abismo que nos llevaría al coll del pouet.

          Mientras aún sonaban las campanadas.......


¿Y ahora que, eh? Pues a seguir la ruta, seguir la estela del olor del ajo negro a través de las sendas y caminos, lejos de la metrópoli, sin semáforos, cedas o pasos a nivel. Pero llenos de cambios de rasante, de esos que te duelen hasta en la raíz de las muelas. Así hasta el helipuerto de Polop, kilometro 12.300, casi tres horas de carrera, un ritmo increíble, para que luego alguno diga que no somos corredores, que somos andarines.

Venga, pues ahora que hemos bajado abajo del todo vuelta a subir. Ahora sí, un sendero ancho con una subida tendida de 500 positivos en unos 5 kilómetros que se puede hacer al viejo ritmo aritmético de 100 metros andando + 100 metros corriendo, que a zancada grande vienen siendo 3 minutos andando + 3 minutos corriendo, que para resumir es algo así como me da lo mismo que me da igual.

 

Tras esta chincheta me dispongo al cresteo entre pedreras calizas y blanquecinas cuando a mis oídos llega el sonido inequívoco y dulce de un arpa, con sus notas acompasadas y virtuosas. Inconfundible. Levanto la vista del terreno a riesgo de zozobrar en la marea de piedras y ramas y allí veo, tan cerca o tan lejos al talentoso Tori, tocándola virtuoso llevando tras de sí una colección de corredores y corredoras mochileros con sus bastones y ropa de colores a ningún juego, como si de un flautista de hamelin se tratara le siguen enajenados. 

Para el caso “el arpista de Finestrat”.

Entre dehesas y ríos cabalgo a todo lo que me da el cuerpo para poder unirme al grupo y engancharme a su cola. Al igual que Conan aplasta (hablo en presente pues es un personaje atemporal) cráneos de enemigos y se deleita con el lamento de sus mujeres. Yo, bárbaro norteño, aplasto piedras y oigo el lamento de mis tendones, sin nigún deleite.





-lalalalalala, lalalalalala, lalalalalala, van cantando al son de los dedos que acarician las cuerdas, al son que marca  el Bardo Tori







Ensimismado por la música persigo y doy caza, ya solo tengo a 10 corredores entre él y yo. Tres que tiro barranco abajo, dos zancadillas, un par de mira qué bonito y así sigiloso en la pugna me pongo tras su espalda. Pero no le digo nada durante los siguientes 3 kilómetros ya que su música me tiene obnubilado y quiero gozar de ella con el único oido que aún tengo disponible, el derecho… ¿o era el izquierdo?, bueno, será también según se mire.





Sobre el kilometro 23 creo que va siendo hora de cantar algo por mi parte, con mi musical voz de cazalla le voy susurrando al oído al talentoso Míster Tori…



-      Se le nota en la voz que dentro es de colores, lalala, y le sobra el valor que le falta a mis piernas, lalala

-     - Coño – dice Tori- vos por acá, y cantando un fado.

-      Que no javi- le contesto- Que no es portugués, que es una del Robe.





Paramos, nos abrazamos, nos hacemos 10 selfies, nos adelantan mientras los 10 que antes me deshice de ellos, y pactamos seguir juntos hasta el final, con clausula de que si en algún momento uno le dice al otro eso de “tira tú si quieres” no vamos a tirar malquenospese. Y tras hacernos un tajo en la oreja lo sellamos con sangre, lóbulo con lóbulo. 




Seguimos, ya solo nos faltaba la mitad, que se hizo mucho más amena siguiendo la estela virtuosa y lozana del talentoso míster Tori. Salvo en la antepenúltima bajada, tras pasar el coll de Sacarest, en la que Míster Tori se sentó sobre una piedra, reposo el mentón sobre la palma de su mano y poniendo la otra a modo de visera se quedo cual estatua de sal petrificado.



-      -¿Que te pasa amigo Míster Tori? – le pregunte mientras me quitaba el gayumbo-buff  de la cabeza  para secar la baba de la comisura de sus labios-

-      -No puedo seguir bárbaro norteño, que bajada en zetas tan escandalosamente bonita, que paisaje, estoy cautivado por tanta belleza. – Me contestó-

-Joder Javi...venga, pues te llevo a hombros, pero deja la puta arpa que pesa más que tú- le espete (de espeto u espetec)-


Así bajamos el famoso abismo de Helm y continuamos la marcha, yo marchando y el talentoso Tori sentado sobre mi hombro señalándome el camino, recitando odas sobre bosques y sirenas de su tierra natal y recogiendo fruta de los madroños.  
Sobre el kilometro 40 un paisano que pastoreaba nos paro para pedirnos un autógrafo pensando que éramos Pau Gasol.
 
-Que no señor, que somos el Tori y yo, pero así uno encima del otro parecemos un ala-pivot. ¿Falta mucho?, le conteste a la misma vez que preguntaba.

-Subir allá al collado y ya bajar a toda ostia. – Contestó. (lo del collado era cierto, lo de la ostia es la que casi nos pegamos, no otra cosa).

Pues venga, ya solo quedan 6 y unos 300 de desnivel, como una mañana en Chiloeches, más o menos.Se me hubiera hecho eterno, a no ser por el eterno monologo del talentoso míster Tori:


Mira Cimmerio, que rocas calcáreas, que formaciones rocosas que parecen figuras de gigantes desmembrados. Mira allí Pinus silvestris, Quercus ilex ssp. Rotundifolia, Pinus helepensis. Allá Ulex parviflorus, Etrica multiflora, Rosmarinus officinalis. Aquí Acer opalus ,Fraxinus ornus. Eso que corretea es una gineta perseguida por un zorro que a su vez es perseguido por aquel jabalí mientras desde el cielo les observa aquella águila o aquel halcón o esa lechuza desde el árbol.




Así, volando y dejando volar mi imaginación llegamos a una nueva meta, esta no era otra que los 46 kilómetros de Costa Blanca Trail.  9 horas de "felicidad"....


MISTER TORI + PERCHERON = 46KM.


Gracias en gran parte al talento de Míster Tori.


Y todas y todos llegamos, SIEMPRE LO HACEMOS.  Mientras, a lo lejos, seguía oyéndose la dulce melodía del arpa y la voz ronca del Bárbaro como una letanía, cantando sobre los villanos, las villanas y los "agregados" que culminaron estas pruebas.





Se les nota en la voz, por dentro son de colores,
y les sobra el valor que le falta a mis piernas..... lalalala.

NATI + ROBLE = 20 KM
.....Y se juegan  la vida siempre en causas perdidas.

SONIA = 20 KM.













Son capaces de nadar en el mar más profundo. Igual que un superhéroe, de salvar al mundo....... lalalala.
FER + ROSA + VITI = 29 KM


FLOP MATA= 46 KM

   ........Donde rompen las olas salvan una caracola.









Caminar y correr, salga que salga el sol,por donde salga el sol,que más les da...... lalalala

RUBEN + ISAAC = 84 KM

....Y llegar hasta Finestrat , caiga que caiga el sol, por donde caiga el sol.

                      THE END.

...Laura, Nati, Sonia, Viti, Mata, Fernando, Rosa, Javi, Ruben e Isaac, Yo soy "grande", pero vosotros y vosotras lo sois más" ....


1 comentario:

Miguel Ángel R. dijo...

Pues si al talento de Mr Tori subiendo montes, le sumas el talento de Mr Jose escribiendo crónicas, pues el resultado es obvio; una pedazo de carrera y una crónica para enmarcar (otra más). Enhorabuena a los dos y al resto de villan@s que estuvieron en Finestrat y que completaron el Costa Blanca trail 2019.

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