El sábado un grupo de villanos recorrió 14 kilómetros por la
sierra norte de Madrid, partiendo desde la localidad del hechizante Patones,
llegando al punto más alto de los alrededores en el Cancho de la Cabeza
situado a 1264 metros sobre el nivel del lejano mar, y contemplar desde allí las
magnificas vistas del pantano del Atazar.
Llevando los 11 a cabo la consigna de “apúntate a un trail
que se anda” (esto lo dicen los habituales de estas salidas, socarronamente).
La mañana fue estupenda para la práctica de este “deporte” y
para comer tortilla y torreznos.
A los que no vinieron se les echo de menos.
-------------------------------------------------------------------------
Subir y bajar (cuento extraído
del “Libro del pronador”)
Subía y bajaba, y volvía a subir, Subía y bajaba, y volvía
a bajar, Subía y bajaba, y volvía a subir, Subía y bajaba, y volvía a bajar,
Yo subo y bajo de vez en cuando, pero aquel tipo
delgado, pelón y desgarbado no paraba de hacerlo. A todas horas te lo cruzabas
subiendo y bajando, en Chiloeches, en Los Santos, en Alcalá, en Patones de
arriba para arriba y Patones de abajo para abajo, Benia de Onis, Tenerife o Riopar. En la
cola del cajero del súper se ponía a tú lado mientras elevaba las rodillas en
el sito casi tocandose la barbilla con ellas, hasta que pagaba y salía corriendo calle abajo.
Tomando unas cervezas en el Centro Comercial mientras
el resto departíamos sobre el pasado-futuro de las próximas carreras, el no
dejaba de subir las escaleras fueran eléctricas o no y en su defecto de
bajarlas.
No paraba, me estaba poniendo de los nervios.
En el cine, mientras el resto comíamos palomitas
viendo la pantalla grande rectangular, él subía pasillo arriba y bajaba pasillo
abajo…
Yo ya no sabía qué hacer con él. En serio.
Por eso señor juez, aquel día, decidí atarle las
piernas, para que no subiera ni bajara más. Lo de las manos a la espalda fue
porque no fuera a ser que se arrastrase arriba o abajo. Lo del golpe en la
cabeza con aquella piedra fue un accidente secundario, fortuito, sin más. Pero
créame su ilustrísima que no murió por la conmoción cerebral sino por
dejar de subir y de bajar…..Aquel tipo, no sabía hacer otra cosa…..
No hay comentarios:
Publicar un comentario