Que si no es difícil nunca va conmigo.


                            100 km en 24 horas.




Nos pasamos la vida esperando algo, a veces inconcreto, poco conciso o difuso. Otras es real, esta hay esperándote que vayas a por ello, pero es posible que entonces te asuste el acercarte por el miedo a fracasar, a tropezar, a no ser capaz.


Nosotros lo intentamos y al final lo conseguimos. Fuimos valientes, pero a la vez inconscientes. Nos tomamos al pie de la letra la esencia de este club y lo "hicimos" sin cabeza.


El guionista  parecía haber escrito para esta cinta 2018-2019 un final concreto aunque había dejado un espacio en blanco antes de sus últimas páginas. Nosotros, renglones torcidos como mis pies, lo ocupamos y le dimos el vuelco a una película que parecía abocada al final feliz, el de casi siempre.


Yo pensaba hacer solo con mi propio mecanismo estos 100 kilómetros, pero me enviaron a David Alonso para cuidar de mi, por si me perdía, me mareaba o por si la noche me iba a confundir.



Así fue que con instinto suicida nos presentamos en la salida. Allí mismo nos dimos cuenta de como todas las cábalas, tablas de ritmo y seguridades de los días previos se desmoronan al estar bajo el arco que pone 100 km en 24 horas, bajo un sol de mediodía de un mes de junio que ya calienta los 30 grados sobre nuestras seseras. Y te entra el canguelo ¿y esta intranquilidad por qué? !!Porque son 100 kilómetros coño!!.

Esta iba a ser la sexta vez que me enfrentaba a la distancia pero nunca le perdí el respeto a la misma. Además me estrene en este mundo de las pruebas populares en el año 2002 con esta de corricolari, realizándola en 23 horas y 29 minutos (perdiendo las 10 uñas de los pies y parte de mi masa gris que ya no he vuelto a recuperar). Por lo que esto era como el intento de cerrar un círculo también. Pero en esta ocasión tenía un plus añadido, ir con David Alonso o Súper Coco como le conocemos aquí en nuestro club, que aunque es como un “hijo” le aprecio como a un hermano y su mujer es una “Santa”, es un poco “especial” para estas cosas, vamos que no sentía yo mariposas en el estomago, precisamente. Pero a base de no me chilles que no te veo conseguimos llevarnos mejor de lo esperado. 
El puso el cerebro y yo el musculo. 
A partir de ahora lo miraré diferente, y no penséis en nada guarro, sino que lo haré con más admiración y aprecio, pues vi su lado más humano, ese que sale cuando vas jodido de verdad.





                                                

El entrenamiento en mi caso digamos que no fue de lo más glorioso. Ir de carrera en carrera, de reto en reto, de reventón en reventón, de hazaña en hazaña, de mérito en demérito y sin parar desde hace 2 años. David por su parte llevaba más de un mes prácticamente parado después de hacerse un esguince de tobillo en El Calar. Por lo que no sabíamos si atenernos a las palabras del mítico Garbancito “mejor llegar corto que pasado”.

Pero que somos Leones o ……..claro que estaríamos mejor tomándonos un Gin Tonic (el corrector dice Tomic que debe ser un pivot Serbio)  bajo cualquier toldo de cualquier garito.






Lo siguiente que viene es lo de siempre, ya sabéis,  una interminable retahíla, un insufrible relato novelesco sensiblero y fantástico de romanticismo ultrafondista, lleno de penurias, hombres del saco, kilómetros, torceduras, cortes de digestión y ¿Cuánto queda? Del que prescindo por no aburrir a la parroquia aunque estoy dotado para ello.




Solo decir que tras más de 21 horas, una noche sin dormir sin alcohol, bachata ni sexo.

               Balbuceantes pero conscientes. 

Que tras las cábalas que cada vez se dilataban más de 14 a 16, de 16 a 18, de a las 8:00 a las 9:00 y Dios dirá. 

Llegamos, con lo justo, pero llegamos.

                   Rotos pero recompuestos.


Podría usar palabras como inconmensurable, sempiterno, perenne, época, resiliencia, insularidad, soledad o efervescente. Pero aunque vinieran a cuento en los 100.000 metros Y pico que hicimos, son demasiado bonitas para dos tipos “tan duros”, pero tan humanos que solo diré, lo hicimos  “con un par de……”.





Fuimos imprudentes (sobre todo David), pero fuimos…..

             Al menos durante 21 horas y 17 minutos 

               Y sí, al fin conseguí cerrar el circulo.



                   PALABRA DE PRONADOR ERRANTE.


2 comentarios:

El Peñu dijo...

Podíamos estar aquí en un interminable duelo de reproches..., pero no es el caso. Simplemente felicitaros a los dos por vuestra gran "astucia y picardía", a la hora de jugar esta última baza de la partida. Enhorabuena

Miguel Ángel R. dijo...

Por un extremo se puede ser mediocre o muy mediocre y por el otro se puede ser grande, muy grande o José Fernández Valencia y David Alonso Jiménez. Gran locura la vuestra, sin duda.

Yo os felicito por vuestra gran ASTUCIA Y PICARDÍA, pero con mayúsculas y sin comillas. Porque así lo entiendo yo.

Mi mas sincera enhorabuena por vuestro primer y tercer puesto en la liga. (Coco me debes una)

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