Está claro que el humano es avaricioso e incluso carroñero en ocasiones y lo que está aún más claro cada vez más en el mundillo del running popular , es que todos tenemos sed de trofeos, incluido yo.
Empujado por esta sed de trofeos, el domingo pasado me acerqué hasta el colegio de Salesianos para participar en su Cross, era la opción más racional, ya que la Tonda le sentaría muy mal a mis rodillas, la media de Azuqueca se me habría hecho eterna y la carrera de Meco con pelas de por medio, pues ya se sabe…
La verdad que éramos pocos, pero la mayoría eran muy buenos.
Viendo el percal me dije a mi mismo, todos han pensado como yo, aquí se pilla un trofeo fácilmente, pero que lejos de la realidad fue todo aquello.
Si hace 15 días me encontraba corriendo lento un maratón pasado por agua, hoy me disponía a correr un rápido 5000 y achicharrado por el calor, que caprichosa es la vida…
Eran 3 vueltas a un circuito ondulado aunque no duro. En la primera vuelta fui capaz de mantener la tercera posición de mi categoría corriendo demasiado rápido para ello (3:46). En la segunda vuelta perdí mi posición aunque luche con uñas y dientes porque esto no sucediera. Y en la tercera vuelta al ver la imposibilidad de luchar por mi trofeo, corté un poco de gas y según me dejaba llevar hacia la meta, otro corredor de mi categoría me gana la posición para terminar al final 5 de mi categoría y octavo o noveno de la general (no lo se porque no han puesto las clasificaciones, solo han publicado los pódiums) con un tiempo de 19:50, contento.
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