(Extraído del libro del
corredor funambulista "Los 101 MANDAMIENTOS DEL CORREDOR POPULAR).
Ayer, en la tienda de deportes, a
tan sólo tres estantes de donde yo estaba cortejándome con otras más
voluptuosas y amortiguadas, hallé mirándome de soslayo a las zapatillas con las
que cada domingo correré por el asfalto, la tierra y volaré por los
cielos del universo atrapando nubes.
Miré a mi alrededor y no había
nadie más, solo podía ser yo el dueño de esas blancas y tiernas suelas…..
Pulcras, con ellas será con las
que cada semana en cada distancia caerá un nuevo record para mí paupérrimo
ranking.
Me acerque, poco a poco,
acostumbrándome a sus deslumbrantes bandas laterales…
Livianas, serán las que me
llevaran a lo más alto del pódium en cada carrera o compromiso atlético en el
que me involucre y dispute.
Solo, sin nadie que pueda
arrebatármelas me fui arrimando, estaba claro qué, el mago hormero había
realizado aquella horma a la medida exacta de mis enormes pies….
Hermosas y rápidas. En un
repentino déjà vu sentí el
generoso peso de las preseas colgando ya de mi cuello.
Con ellas de mi parte ya nada se
interpondria entre mi persona y el primer puesto.
A centímetros, ya sentía su olor
a nuevas…
Con ellas dándome el amor que
siempre seria reciproco llegaría el primero a cualquier meta cronometrada o no,
Madrid, Londres, Macondo, Syldavia, Liliput, Laredo, Fuencarral, Oz e incluso
Berlín.
Alargué el brazo, casi podía
tocar sus cordones de diseño con las yemas de mis dedos….
De repente, de la nada, tras de
mí apareció un tipo espigado, bronceado y sonriente, con pinta de verdadero
atleta, se paro frente a ellas, las acaricio con suavidad, las elevo hacia el
cielo en señal de victoria y les hizo olvidar lo que realmente deseaban:
¿Llegar segundas, terceras,
entre el montón o últimas a la meta?
Siempre aparece alguien más
rápido….o más listo.
MANDAMIENTO III - Aunque consigas ser muy rápid@ siempre existen decenas, cientos o miles, o al menos un@, que lo son o es más que tú.
3 comentarios:
Triste, pero cierto. Y el que se engañe se va a llevar más palos que una estera.
Cierto el tercer mandamiento... siempre habrá más de todo y aún así todos acabaremos en el mismo sitio, tanto los que corren como los que no. Somos todo y a la vez, nada, así de relativo...
Gracias Jose.
De todos modos me da la sensación de lo que nos preocupa en general en todos los ámbitos de la vida no es tanto el ser el primero, como no ser el último.
Si llegas tarde a una reunión y falta alguien más casi que ni te disculpas.
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