MANDAMIENTO I

(Extraído del libro del corredor funambulista "Los 101 MANDAMIENTOS DEL CORREDOR POPULAR).

Todo tiene un comienzo. 

Unas veces fue por perder peso, otras por bajar los niveles del colesterol. Por mantenerte en forma o por probar aquello que otros hacían. 
Algunas por retomar lo que dejaste  hace miles de años o por la insistencia de otro para que probaras.

Después, ya no eras el del principio, no parabas cada diez minutos para recobrar el resuello y, enganchado sin remedio llegaste a correr media hora seguida. Al tiempo hasta una hora.

Te apuntaste a aquella carrera y aunque no quedaste ni entre los mil primeros te sentiste campeón.

Luego te planteaste otras “metas”. 

Sencillo pues.
Adquiriste unas zapatillas adecuadas para tu peso y pisada (eso te dijo el vendedor).
Compraste revistas, visitaste páginas web, hiciste series, subías y bajabas cuestas.
Ya corrías más de una hora y  sin parar y, como quien no lo quiere bajaste 10 segundos, 30 segundos, 1 minuto, etcétera tú marca.

Insististe y te regalaron para aquel cumpleaños un aparato para medir la distancia, las pulsaciones y el ritmo (que fue un amor duradero, allá en tú muñeca,  pues no dejaste de mirarlo en cada zancada durante los restos, a riesgo de caerte).

Cada día anotabas lo que ese cacharro te marcaba y lo comparabas con el día de ayer.
Pasaste de una salida y media a la semana a dos, tres, cuatro, cinco…..y lo máximo siete de lunes a domingo. Te planteaste incluso doblar y hacer que la semana durase más.

En ocasiones ya no salías a correr, sino que ibas simplemente a entrenar.

Te lesionaste, recuperaste, hiciste multisaltos, acudiste al fisio, te compraste libros, cremas y medias de compresión, hacías circuitos Oberón y Oregón, levantaste  pesas, hiciste ejercicios de  gomas, pilométricos, isométricos  y tenías  un especial cuidado con tú alimentación.

Y ya pasados los años se convirtió en el centro de tú vida. ¿O de la otra vida?.

Lo malo fue que te involucraste tanto en tú otro yo, en tú otra vida, que a veces perdiste la conciencia de quien eras, y de que era lo que te movía. Ya si que no eras el del principio, no cabía duda.

Y empezaste a culpar al resto (y lo peor a los que tenias más cerca y realmente te querían)  de tus “fracasos” como corredor popular, de tus “lesiones” como corredor popular, de tú “estancamiento” en la progresión como corredor popular, de todas las "medallas olímpicas" que dejaste de ganar…...


                              
                        MANDAMIENTO  I DEL CORREDOR POPULAR:

 “Correr es lo más importante entre las cosas menos importantes de nuestras vidas”


7 comentarios:

Gacela Treparriscos dijo...

Bravo. Sin palabras. Bloggero en estado puro. Me ha encantado. Me quedo con lo de "En ocasiones ya no salías a correr, sino que ibas simplemente a entrenar"

Va a haber que comprarse el libro este del corredor funambulista...

Pipi Calzaslargas/ B.López dijo...

Extraordinario bloggero. Todos en mayor o menor medida nos vemos reflejados en tus palabras, nos representas e identificas.

Todos somos iguales, todos tenemos de todo, todo es relativo y circunstancial....

Edu dijo...

Si empiezas así ,,,, no se como vamos a llegar al 101. Que bien te ha quedado,,, a ver quien hace ahora MMP.

Si es que nos ponemos unas metas que ni entrenando. En fin,,,

El Peñu dijo...

No hay corredor popular que no se vea identificado con alguna de tus frases, yo creo que con la mayoría y en mi caso particular diría que con todas y cada una, no me habrás estado espiando...
Suerte el domingo

MERCE dijo...

Ala toma ya..... el o la que no se vea reflejad@ que no diga yooooo.

Real aunque nos cueste admitirlo

Atrapad@s.......pero no pasa nada.

cada un@ es dueñ@ de si mism@

Manuel Díaz dijo...

Pásate por mi blog que te puse entre mis favoritos.

Spiderman dijo...

Enhorabuena una vez mas por el relato.

Yo ahora estoy en la fase "saliendo de una lesión quiero correr mas rápido de lo que puedo"...

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