Episodio I
“Pequeños sueños”
El maratón de Madrid de
Dave García Serrano
De pequeño cuando empezaba con
esto del deporte y la cabeza soñaba en eso de ser mayor, se me ocurrían miles
de fantasías, como jugar en primera división, representar a España en alguna
competición o participar en unos JJOO… éramos niños y los sueños nos inundaban
por momentos.
Una mirada atrás me hace ver que
esos sueños nunca llegaron a cumplirse,
pero sin embargo hay similitudes entre aquellos pensamientos y la
realidad que siento cada vez que corro un maratón… como el sentirme arropado por la gente, sus
gritos, las palabras de aliento, el recoger una medalla que me premia por haber
finalizado, siento lo mismo, que de pequeño soñaba allí en lo más alto de un
pódium entre mi imaginación.
Este ha sido mi cuarto maratón, el
tercero en Madrid y los dos últimos maratones, con tan solo 2 meses de
distancia en el tiempo, lo que le da más valor a lo conseguido este pasado
Domingo en Madrid.
Entre nervios, fotos,
apelotonamientos y dudas, comenzaba mi viaje de 42km por Madrid. Los primeros
kilómetros de subida cerca de Verdeal, a veces por delante a veces por detrás
de él, controlando mucho el ritmo y sintiéndome muy cargado muscularmente ¿y
qué quieres, David? – le decía a mi pepito grillo - con la temporada que
llevas…
En Bravo Murillo, estaba mi
hermano para acompañarme unos metros de bajada, le costaba seguir mi ritmo y a
mí, seguir el de Verdeal, que se fue alejando poco a poco en el horizonte, llegamos
a Cuatro Caminos y en poco recibía los ánimos de los villanos, que gran emoción
al verles, se me ponen los pelos de punta.
Los kilómetros pasan y los ritmos
los voy clavando, Serrano, Alonso Martinez, Santa Engracia, mi amigo Pablo
animándome en Canal y poco después mi hermano Gaspar de nuevo, todo según el
guion programado.
La llegada a Gran Via, es uno de
los momentos más increíbles de esta carrera, te das un baño de masas entre
Preciados y Sol y encaminas la calle mayor hacía el Palacio Real, son unos
momentos de tal emoción que tu corazón se acelera y tienes que controlarte.
Y encaras el paso por la media
maratón, la subida de la calle Ferraz se me atraganta entre el avituallamiento
y que es una zona mucho más vacía, me empiezo a sentir pesado,
cansado, nunca había pasado la media de un maratón con esta sensación y algún
mal pensamiento me empieza a aparecer por la cabeza. La larga avenida de Valladolid
hasta Príncipe Pio, ya asumo que hoy había venido a Madrid a sufrir, me cuesta
mantener el ritmo, pero sé que al final de la calle estará mi familia y no
decaigo, al ver a mi hermana se me saltan las lágrimas, nunca me había venido a
ver a un maratón antes y el verla me hace sentir una emoción increíble.
Soy consciente que con la Casa
Campo, comienza el maratón de verdad y no me siento bien, cada vez me pasa más
gente, pero no me hundo, la cabeza siempre arriba, veo a los Jaimes y entre sus
ánimos, les digo que “esto se me va a hacer eterno”. La subida al salir de la
Casa Campo, es un verdadero calvario, pero mantengo la cabeza fría, poco a
poco, pasito a pasito.
Dejo de mirar el reloj, para qué,
y me meto en una burbuja, en la que comienzo a viajar los últimos diez
kilómetros de la prueba, quedándome solo con lo bueno de cada momento, no hay
cabida a los malos pensamientos y así voy avanzando, subiendo las interminables
cuestas hacía Embajadores, Atocha, … la gente me decía vamos que ya está allí
el Retiro, y sabía que allí estaba, pero teníamos previsto ir por el camino más
lento... No dejo un instante de sufrir, siento calambres, mi hermano me
acompaña en esta parte del viaje, pero yo sigo metido en mi burbuja, cogiendo
fuerzas de cada grito de ánimo y mirando hacia adelante, porque es donde hay
que mirar, pura filosofía de vida. Al pasar por Colón, una de los mayores
“subidones” , una aficionada diciéndome “cómo me gusta, corriendo con una
sonrisa” y sí así era, con la cabeza bien alta y una sonrisa en el rostro. pero
el sufrimiento va por dentro, pura filosofía de vida también.
Los kilómetros no avanzan,
Velázquez, Príncipe de Vergara y sí por fin el Retiro, es mi momento, retorno la
emoción, miro a un lado y a otro, te sientes especial, un héroe y por fin tras
42195 metros y 3 horas y 12 minutos después, atraviesas la meta, lo has
logrado.
Los abrazos con tu gente, el
reencuentro con tus compañeros, con sus diferentes películas de este particular
viaje por Madrid, cada una diferente, cada una especial, este no es un domingo
cualquiera es un día especial, un día mágico, un día soñado.
Yo nunca soñé en correr un
maratón, pero difícilmente en mis sueños de pequeño sintiera una satisfacción
mayor a la que siento al cruzar una meta en un maratón, quizás por estas cosas
me gusta correr, por un sueño, una ilusión, en fin pura filosofía de vida.
7 comentarios:
Enhorabuena David,
Por el logro y por la crónica.
Un abrazo, Jorge.
Dave enhorabuena campeón!!!!
Bien contado pasito pasito...
Disfruta de lo que has logrado este año..ya te valeee..
Grande Dave...
Que grande eres campeón.
Me ha emocionado tu relato.
Un abrazo de tu amigo Jesús
Enhorabuena David,
Excelente y motivador artículo.
Enhorabuena David
Cada día te superas más.
Un abrazo
Dori Mateos
Muy emocionante Dave.
Eres un tipo genial y lo sabes.
Correr tampoco lo haces mal….
Increíble poder verte disfrutar tanto, muy buena crónica y preciosas fotos , menudo año David!!!!
Carmen.
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