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Os anuncio que ya borraron aquellos grafitis de las paredes de las pistas, y que con toda seguridad el chatarrero no pase gritando como es su buena costumbre. Pero que cuando el gallo cante a la mañana del 14 de junio de 2015, dará comienzo por séptima vez una nueva edición de la Carrera de Villanueva. Aquí, en las pistas de atletismo.Y nosotros, los que organizamos esto, intentaremos que te sientas como en casa.
A día de hoy cruzan nubes grises por el cielo, que turbio, truena feroz. Pero entre las cosas que te daremos en la bolsa de corredor meteremos un gran sol que ilumine tú camino y que de esta manera el calor del verano os empuje en las cuestas abajo para coger carrerilla y subir las cuestas arriba, donde llegareis a rozar las nubes y entre ellas ver el arco iris que se empieza a vislumbrar.
Desde la pasada edición en junio de 2014 he recorrido durante un año entero el circuito de la carrera villana, unas 300 veces, tantas como corredores vendréis el domingo a correr la séptima edición de nuestra carrera.
Como yo no puedo correr este domingo solo os pido una cosa a cada uno de esos 300. Que CORRÁIS POR MÍ.
A vuestro aire. Supinando o pronando, mas rápido o menos rápido. Siguiendo la estela azul de las flechas.
Porque cuando lleguéis a la meta y levantéis los brazos por ser el 1 o el 300 seréis parte de nosotros. Nuestros campeones.
-Camiseta exclusiva, tirantes chica o manga corta chico, con dibujo de una gran artista (Ana Azpilicueta http://comocabras2015.blogspot.com.es/).
-Nuestra tradicional sandia (del huerto a la mesa) de 3 a 4 kilos, nos anuncia el “huertero”.
-Bolsa con bebidas y alimento sólido.
-Sorteos varios.
-Cerveza.
Sin olvidar que también tenemos carreras infantiles dentro de las pistas de atletismo. Todo como siempre en nuestra aldea con un gran ambiente.
Por si alguno no ha leído aún “El Libro del Santo rebanador” aquí os pongo el capítulo titulado “La carrera de las cabezas cortadas”, donde se resume que es nuestra carrera.
“LA CARRERA DE LAS CABEZAS CORTADAS”
Fulanito Mengana había corrido todas las carreras del Circuito. Consiguiendo un record sin igual, quedar en todas el último. El cuerpo no le daba para más, eso él lo tenía claro. Corriese quien corriese, llegaba al menos diez minutos después del penúltimo.
Entraba casi siempre fuera de control y, aunque los organizadores, por pura compasión, le obsequiaban con la bolsa del corredor, nunca figuraba en una lista como entrado en meta.
Cuando regresaba a su poblado después de cada carrera, los miembros de su tribu le preguntaban qué ¿que había ganado?, qué ¿cuantas cabezas traía en su zurrón?. Cuando les contaba que había quedado el último, se burlaban de él. No entendían ese empeño de ir a cada carrera y acabar al final, justo delante del coche escoba.
Aquella era una tribu que, en tiempos antiguos, fue la cuna de grandes y afamados corredores, que semana sí y semana también regresaban a la aldea con trofeos, medallas y cabezas en la saca.
Ahora solo tenían a Fulanito Mengana como representante en el CIRCUITO, por lo que para los más viejos del lugar él era poco menos que un loco o un paria.
Aun así, Fulanito Mengana siempre alardeaba de que se estaba reservando para la GRAN CARRERA. En la que, a todos les aseguraba, que no quedaría el último y traería para ellos una enorme y valorada cabeza. Nadie le creía, por supuesto.
Llegado el día, despertó a voces al pueblo entero, y les anuncio que la gran cita había llegado.
Le vieron alejarse, calzado con sus viejas Mizuno, la camiseta de la tribu, una mano alzada al cielo, y una saca vacía en la otra.
LOCO, pensaron todos. Mientras retorcían sus dedos índices en la sien.
Cinco horas después regreso, se le veía venir a lo lejos, traía una sonrisa dibujada en la cara.
Un murmullo fue alertando a todo el pueblo, y poco a poco la tribu entera salió para verle llegar.
La misma estampa de siempre llegaba por el camino, vestido con la camiseta conmemorativa de la prueba, bebiendo un bote con líquido isotónico…..pero…. asombrados, todos se fijaron en la saca que arrastraba con su mano derecha.
Al llegar ante ellos, en el mismo centro de la plaza, alzo el zurrón y grito “YA TENGO MI CABEZA”. Los miembros de la tribu, estupefactos ante la gesta, se quedaron mudos, hasta que alguien grito un hurra, otro un “hay que ganar” y todos rompieron en aplausos y vítores.
Aquella noche toda la tribu comió sandia.
Desde entonces Fulanito Mengana fue tratado por todos como un “EXPERTO REBANADOR DE CABEZAS”.
Y cada penúltimo domingo de junio, llena su vieja saca con una CABEZITA.
Algunas veces es preciso ser el último, para ser primero alguna vez.
Firmado
El Pronador Errante.
2 comentarios:
Que bonito José, me ha encantado!!
Carmen.
Muy bueno pronador.
Ese Fulanito me recuerda a un tal Basi, no se si será el mismo...
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