Ambrosio Pelanas era un corredor popular, pero él aun no lo sabía.
Cada día tras ganarse el jornal en una sesión continua de casi ocho horas de jornada laboral ,y tras una fugaz visita a su casa para cambiar el mono de faena por la ropa deportiva salía a correr, aunque él decía que iba a entrenar, para ganarse el otro sueldo, el que le sustentaba los sueños.
Pese a sobrepasar los XX años de edad pensaba que algún día llegaría a batir todas las marcas, por lo que comenzó por superar las suyas, y así carrera a carrera, domingo tras domingo las iba rebajando en cualquiera de las distancias en las que competía que iban de la milla a la media maratón.
Cumpliendo los XX años de edad había conseguido rebajar XX minutos a sus mejores marcas de diez años atrás, lo que suponía que se encontraba en el puesto 7.052.896 del atletismo mundial, si contaba claro está a todos aquellos que sin saber que corrían aseveraban que eran atletas.
Al sentirse Ambrosio estancado y ya curtido en las distancias “menores” y pensando que quizás le irían mejor otro tipo de carreras más “grandes”, empezó a aficionarse a las maratones, los ultra y las carreras de montaña. Lo que le llevo a entrenar aún más días multiplicados por más horas a la semana, si bien lo que hacía era invertir más tiempo en correr tras sus sueños, aunque dejaba en la cuerda floja sus responsabilidades.
Llegando a los XX años de edad y tras tocar todos los palos de la carrera a pie posibles, de repente se dio cuenta de que cada vez le costaba más en el tiempo superar sus marcas, ya no era cada fin de semana, ni siquiera cada mes, ya si llegaba el caso era muy de cuando en cuando y por escasos muy sufridos segundos. La mayoría de las ocasiones se quedaba a las puertas, pero no traspasaba el umbral. Empezó a lamentarse de cosas como el viento, la lluvia, las cuestas, el desayuno, el trabajo, el gel que se tomo en aquel avituallamiento. Estaba estancado como atleta….. Aunque lo que se había parado en su cerebro de corredor era su ansia de conseguir sueños.
Un día, recapacitando sobre qué es lo que estaba haciendo mal para no mejorar como había hecho en años anteriores, no se paró a pensar en sus XX años de edad, pensó que la clave estaba en que siempre entrenaba solo y autodidactamente, con planes sacados de las revistas “especializadas”, de libros de gurús norteamericanos, o de esta o aquella otra web de atletismo. Por lo que se auto convenció de que lo mejor sería entrar a formar parte de un club, que eso le daría el puntito necesario.
En la barra del buscador escribió: CLUB ATLETISMO EN LA ZONA DE XX”.
Rápidamente saltaron varios, pero hubo uno que le llamo la atención sobremanera, por que al igual que el mismo corrían cada domingo y cualquier tipo de distancia, justo lo que el andaba buscando pensó “gente motivada”.
Marco el número de teléfono que venía en la web y desde el otro lado alguien le propuso que viniera a probar, ya que era jueves, día de quedada.
Ambrosio, tímido por naturaleza se sintió un poco abrumado al llegar allí y encontrarse con tanta gente…Se sorprendió un poco al encontrarse a personas de todas las edades, y sexos. Sobre todo porque si bien algunos tenían pinta de atletas, los más no eran exactamente el estereotipo, claro que él no se había mirado bien en el espejo. Por lo que pensó que quizás no era lo que andaba buscando…. algo incrédulo pregunto por El Club de Atletismo.
-Sí, somos nosotros. Le respondieron, a la vez que empezaban a correr.
Aun escéptico reitero su pregunta, ¿seguro que sois el club de atletismo?
-Si, no ves que corremos, pues entonces somos un club de atletismo. Si diésemos patadas a un balón seriamos un club de futbol.
(Aquel día corrió como nunca lo había hecho en su vida, y es mucho decir…Regreso a casa con ganas de seguir corriendo, pero eso sería al día siguiente… Y por supuesto, no tuvo más remedio que engancharse a aquel club de atletas disfrazados de corredores…)
DESDE ESE MOMENTO LA VIDA “DEPORTIVA” DE AMBROSIO PELANAS TOMO CONCIENCIA
Que significo esto para Ambrosio y el “atletismo”, y en que cambio su manera de verlo:
A-Se dio cuenta, de que nunca llegaría ser Grebeselasie.
B- Seguía teniendo sueños y ganas de batir sus marcas y atrapar nubes, pero ahora tenía los pies en el suelo, siendo consciente de sus limitaciones, siendo feliz subiendo una decena de puestos en el ranking mundial pasando del 7.052.896 al 7.052.886.
Que significo esto para Ambrosio y el “atletismo”, y en que cambio su manera de verlo:
A-Se dio cuenta, de que nunca llegaría ser Grebeselasie.
B- Seguía teniendo sueños y ganas de batir sus marcas y atrapar nubes, pero ahora tenía los pies en el suelo, siendo consciente de sus limitaciones, siendo feliz subiendo una decena de puestos en el ranking mundial pasando del 7.052.896 al 7.052.886.
C- A veces no podía ir a ENTRENAR con el club o a COMPETIR los domingos ya que tenía responsabilidades en la vida, pero eso no hacía menos importantes sus sueños, ya que los sabía diferenciar.
D- Aprendió a disfrutar de correr, sin llegar a ser nadie, tanto o más que Usain Bolt.
E -Siguió teniendo ganas de correr carreras, de salir a rodar con los amigos, de dejarse la piel en las pistas haciendo series aun sabiendo que no sería ni Fiz, ni Zatopek, ni Carl Lewis, pero habiendo tomado conciencia de quién era.
F- Ahora cuando terminaba las carreras, estiraba con sus compañeros y a veces lo hacía a cubierto. ¿Y cuándo disfrutaba mas, en las carreras, entrenando con sus colegas o después tomando la cerveza en ese “a cubierto”?, pues ahora tenía la suerte de dudarlo….
Ahora corría sabiendo que era un corredor popular, aunque realmente era un atleta sin el saberlo.
Porque cada uno es y debe saber lo que es.
¿Y qué somos nosotros?
CORREDORES, (que practican atletismo)
“Si miras mucho el GARMIN te perderás el paisaje”
14 comentarios:
Gracias por describir a los que somos y siempre seremos "CORREDORES POPULARES"
Y lo mejor de todo que estamos orgullosos de serlo
Una historia fabulosa, como siempre. Me ha encantado. La cita final, muy pero que muy acertada. Tendríamos que pensar en hacer algún día una tirada sin garmins...
Hola José.
He leído la historia de Ambrosio, más bien se merece un Don Ambrosio, pues es la realidad de todo corredor y aún más, de toda persona que se ponga un pantalón, una camiseta y se ponga a correr de una forma humilde aunque él ni lo sepa.
Esta historia se merece una segunda parte.
Podíamos incluir aquella que te mandé por correo. Donde un running salía a correr por esos caminos embarrados, cuando se encontró algo dorado entre el barro.....Una cajita conteniendo un mensaje....
Una reflexión muy interesante, Jose bien contada como siempre.
Con lo de "Corredor" sucede que sólo percibes cuando lo escuchas desde fuera, algo así como el " pregúntale a este señor " y dices "soy yo ?"
Con la foto que has puesto de la glorieta de Castelar ya me está entrando el ansia....
Muy bueno Bloguer el microrrelato de ambrosio pelanas,describes muy bien lo que somos.....ahh y menos mal que lo sabemos.
La semana que viene la segunda parte haber que mensaje habia en la cajita de Mota...
voto por el dia sin garmines.
Jose como lo vives lo escribes... tan sencillo como es correr y a veces como nos complicamos...hay que vivir el momento en el que estas y saberlo disfrutar..
...pero el pulsi sí que lo puedo llevar, no?
Nadie somo!!!
Un bratzo Ambrosios
pero que verdad como la vida misma.. una historia mariatoniana de corredores populares.
Esperando a leer la Senguan parte!!!
Un abrazo Ambro, y el que la escribe!!!
Lo del "Sin Garmin", no está mal, pero dejarlo para después del Maratón.
Hoy entre el cambio de hora y que se han abierto un poco los cielos, a las 20:45 brillaba un solecito, ....
Muy buen relato Jose, como ya nos tienes acostumbrados. La segunda parte me la imagino indoor con unos botellines en la mano, por que a diferencia de las películas, la segunda parte puede ser tan buena o mejor que la primera, y es que al fin y al cabo, presuntamente la ventaja que tenemos con los ATLETAS es que nosotros somos atletas POPULARES y esto nos da una cierta libertad y anarquismo que no tienen los ATLETAS.
¡Ay del que no se crea un Ambrosio más!
Gracias Jose, bonita fábula.
Bueno Miguel, yo no aseguraría que los "Atletas" pros no se desmadren más que nosotros, porque al final tenemos el tiempo medido para todo.
Todo tiene sus "pros" y sus contras.
Muy bueno Jose, tan grande como siempre...
Ambrosio no superaría sus marcas pero se estaba superando cada día como persona, experimentaba en cada cambio un importante crecimiento personal.
Y es que eso es lo importante, la actitud ante la vida y nunca dejar de aprender con sencillez y mucha humildad.
Gracias Blogger porque reflejar nuestro propio Ambrosio!
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