Nací en el 2.009 en unas pistas de atletismo en semi construcción (aún lo están), al calor de un verano que quemaba unos muros que los chavales aburridos por la desidia pintaban con incipientes grafitis. Justo llegue al mundo a las 9:30 del 21 de junio de ese año mientras el chatarrero cual gallo del amanecer cantaba su cansina canción por las calles de Villanueva despertando a los vecinos y haciendo ladrar a los perros.
Mis padres y mis madres, me concibieron a una sola vuelta, por pura cabezonería
de corredor popular. Algunos de esos padres y madres ya no están, otros llegaron
nuevos para adoptarme como si fuera sangre de su sangre, que lo soy. Más
gracias a todos aún sobrevivo y respiro tras DOCE AÑOS. Sobreviviendo a una
pandemia que nos golpeo a todos de una u otra forma.
Me crie rodeada de cuestas y curvas, en un lugar al que los villanos (mis
padres y madres) llamaban originariamente rondo villano.
Cuando cumplí un año me regalaron un furgón lleno de sandias, que estos tarados
villanos, no se la razón, llamaban cabezas. Desde entonces empezaron a llegar
hombres, mujeres (y otras especies) de todos los sitios del universo popular,
Alovera, Brihuega, de acá, Parla, de allá, Alcalá, Tramalmofore, Quito, Cuenca
o del país de un largo etcétera, buscando una “testa” que echarse a la cesta.
Vestían de rojo, amarillo, blanco, morado, negro y cualquier color imaginable,
o no. Así fue que, en los siguientes años, poco a poco, fui descubriendo la
naturaleza de los corredores y corredoras, valorando su esfuerzo, sus deseos y
sus para otros que no hacen esto baladís esperanzas, su pequeño GRAN mundo.
Desde los que corrían mucho hasta fulminar el crono, hasta los que llegaban
últimos fulminando igualmente su crono.
Poco a poco los fui
conociendo a todos y a todas. Aunque en algún caso no se sus nombres les
reconozco de cada año, de cada pisada por mi trazado, de cada gota de esfuerzo
que van resbalando por mi camino.
Igualmente, como me han enseñado desde ese remoto junio de 2009 mis madres y padres con su ejemplo, acojo con el mismo cariño al nuevo, al lento o al menos lento.
Yo, que está claro soy del género femenino, no soy una libertaria de capital
que te pueda dar anchas calles por las que correr, no tengo monumentos
europeos, estadios míticos, ni Dioses paganos bañados por el agua de una
fuente, ni bellos paisajes con cumbres rozando el cielo. Ni haré correr al este
contra oeste, a los de arriba contra los de abajo, a los de rayas canallas
contra los “inmaculados”. Ni siquiera te doy la opción de correr con desnivel
negativo o tan siquiera llano. Solo te puedo dar un cielo donde atrapar "tú nube"
Creo que mido 10.000 metros,
aunque algunos GPS discrepantes digan lo contrario, y aunque por la megafonía
suene música cañera, el único rock and roll que te daré será el de mi sinuoso
trazado, porque eso sí, aun tan joven como soy, mis curvas, muy femeninas,
están bien definidas, desde el principio….
Yo solo soy la carrera villana, que este domingo cumplirá 12 años.
Y sé lo que tú quieres,
que es lo mismo que buscan siempre mis padres y mis madres villanos o villanas
cada domingo en cada carrera a la que acuden…y no me refiero ni a la sandía
(una por corredor), ni a los 100 litros de cerveza, ni a la camiseta técnica con
dibujo exclusivo, ni al resto de regalos de la bolsa del corredor que ellos
humildemente te ofrecerán este domingo.
Hablo de otra cosa más
importante, hablo de AMBIENTE POPULAR y de sentirse recompensado por el
esfuerzo. Porque para nosotros siempre serás MMP y te aplaudiremos subas al
pódium o no….
Por eso te espero este domingo de 2.022, de nuevo en las pistas en semi construcción, al calor de este caluroso verano que quemará los muros pintados con renovados grafitis, justo a la hora que el hombre que recoge trastos viejos por las casas pase gritando: ¡CHATARRERO! mientras una jauría de perros canta al unísono....
LOS PERROS LADRAN SANCHO, LUEGO NO TE QUEDES SIN CABEZA….
CARPE DIEM
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