42.195 metros rozando las nubes.
En un mes exacto, casi sin prepararlo ni programarlo (será por eso que nos salió bien) hemos sido capaces de realizar tres pruebas duras y únicas. Los 100 M-S, la media de Somosierra y este Maratón de Montaña. Hemos pasado la frontera del asfalto al trail y la montaña sellando un pasaporte que nos ha llevado al país de los sueños. Sera difícil que despertemos…
Esta foto nos la hizo el ganador de la prueba el Sr. Alegre "Chinoto" |
Recorrer las adoquinadas calles junto al Palacio de El Escorial, mirar el cielo cubierto que anunciaba una lluvia que por suerte no llego, divisar la cima de Abantos allá en lo alto, tan cerca, tan lejos. Observar a los corredores y corredoras ataviados para la ocasión, con sus bastones, buff, las salomón, the nort face, las camelback, gente muy preparada, gente diferente a la que solemos ver en el asfalto Madrileño o Alcarreño. Todo ese ambiente de este tipo de carreras, las otras carreras.
Y menos mal que Briones nos llamo a las 8:00 para desearnos suerte, y nos dimos cuenta de que teníamos que ir a una carrera, porque sino ni llegamos, desayunando al calor de una agradable conversación como estábamos. Venga chicos vamos pa El Escorial. A quince minutos de la hora señalada estábamos cambiándonos a 400 metros de la salida, y ese tramo fue el que calentamos ni más ni menos, 3, 2, 1, y sin más pisamos la alfombrilla camino del cielo Madrileño.
En los primeros 7 kilómetros de este maratón tienes que pasar de los 1000 metros de altura de la Plaza de El Escorial hasta los 1750 del Monte Abantos, desde allí te lanzas en una espectacular bajada de 4 kilómetros hasta el primer avituallamiento en el que tienes que decidir si te vas a la izquierda para hacer 20 km. o sigues sin remedio a la derecha, hacia el maratón. Mientras cientos (500 de los 700 que tomamos la salida) de atletas limitaban la distancia de Filipides, nosotros elegimos rápidamente y sin dudarlo, era lo estipulado y raudos nos volvimos a lanzar tras Tomás Bayón que nos hizo de liebre el resto del descenso hasta los 1200 metros de altitud donde nos encontramos con un nuevo repecho que nos llevo a la siguiente elevación, a 1300 metros, para trotar a 4:30 por la hermosa cima. Sencillamente espectacular, el camino, el escenario, la compañía. De nuevo para abajo, en poco menos de 500 metros bajamos de los 1300 a los 1200. David saltaba 200 metros por delante, yo pisaba huevos por miedo a romperme los míos mientras respondía al grito de “hay que ganar” que lanzaba Carlos Serrano 200 mas atrás junto a Edu y Tomás Bayón.
Pero parece que por fin llaneamos, pero con trampa, 2 kilómetros de camino hecho de piedras (literalmente).
Avituallamiento liquido y de nuevo a subir a los casi 1400 donde se hallaba la localidad de Roblelondo, km. 20 aproximadamente.
David que me sacaba en este tramo un kilometro esta allí sentado lavándose los pies en la fuente del pueblo, impasible, sonriente, absorto en su sueño de vivir esta experiencia. Seguimos hacia adelante y de nuevo otra subida, otra cúspide, ya no hay el overbooking del principio de carrera, solo quedamos los “maratonianos” andando desperdigados como migas de pan sobre el cordal que sube a lo alto, que te lanza hacia abajo.
David se vuelve a ir lejos, mis patas no son todo lo fuertes, todo lo ligeras, y sigo a mi ritmo percherón. Cima y de nuevo a lanzarse a 5:00 a 4:30, sin caminos, por en medio del monte, siempre fijándote en las señales que marca la organización para no perderse. De nuevo el paisaje, el aire, todo un deleite, una belleza que es difícil de explicar con palabras. He caído sucumbido a la montaña.
David a 100 a 300 a 500 y ya no le volví a ver hasta que me vitoreo en la meta.
De nuevo hay que subir a 1500, por medio del “sembrado”. Siento que los cuádriceps me estallan, me ahogo por momentos y cada 20 metros tengo que parar para tomar aire, con el latido aproximándose temerario las 200 pulsaciones. Cumbre, 27 kilómetros recorridos, es hora de meterse algo para el cuerpo, mientras estiro me zampo los dos burritos (uno de leche condensada, el otro de miel) que llevaba encima y bebo un botellín de agua que me dan en este avituallamiento.
Hay que volver a bajar, pero como no podía ser de otra manera, para volver a subir. De nuevo parajes maravillosos, corriendo a la orilla de un arroyo, saltando riachuelos, bebiendo agua fresca de las cañadas, pisando piñas, musgo, oliendo a vida. Y tenemos que volver a subir al borde del monte Abantos, ya no veo a nadie por delante, a nadie por detrás, aunque sé que mis cuatro amigos estarán cerca, nada les parara. Soy el Rey de la montaña y ellos se sentirán los Reyes de la montaña.
Km. 32, último avituallamiento. Llego la hora de los kamikazes, de seto en seto, de curva en curva, de camino en camino, de 1400 a 1000, con las piernas temblando, tiesas pero vivas, me lanzo a 4:45, 4:30, ahora empiezo a ver espaldas y cuellos, que voy recolectando. Uno, dos, tres, hasta una docena de corredores voy pasando antes de llegar al penúltimo repecho, que se atraganta, que me hace arrastrarme, pero que sé que me dará la tregua para los últimos 4 kilómetros, ya se ve el Palacio allá abajo, parece una maqueta de cartón piedra. De nuevo cambio el ritmo, paso a tres o cuatro corredores más y llega el asfalto “nuestro terreno”. Giramos a la izquierda y hay están las calles empedradas que nos llevan a la meta, mientras que vamos dejando a la derecha el Palacio que nos contempla majestuoso desde sus cientos de ventanales. Es la hora del fartlek, 4:30, 4:18. Levanto los brazos, mientras David Hernández me aplaude.
Estoy seguro, pero, después de los abrazos y felicitaciones le pregunto si ha bajado de las cinco horas, efectivamente. Este tío es una maquina. A los pocos minutos llegan Edu y Carlos, sonrientes, espectaculares. Al poco llega Tomás Bayón, que llega cantando. Esta como un niño con zapatos nuevos. OTRO MARATÓN PARA LA SACA, y no uno cualquiera.
Nos congratulamos, hablamos, nos contamos. Y los cinco coincidimos en que esta carrera es de una belleza sin par.
DAVID-CARLOS-TOMÁS-EDU, grandes.
Un par de cervezas, queso manchego de ese que te pica en el paladar, lomo, bocadillo vegetal, café (bueno alguno sustituyo la cebada y la cafeína por el sodio y la teína, es lo que tiene la “nueva elite”). Y volvimos (porque nos volvió a llamar Briones) para el pueblo…..cantando
“Sácame Edu pa El Escorial un dorsal
Y vamos a hacer un guateque……..
Seguro que se anima el resto el personal
Y montamos una discoteque…….”
La próxima : CROSS DE ALOVERA.
Todas las fotos de Edu (en breve añadiremos)
https://picasaweb.google.com/113271577978025355164/TRAILESCORIAL#
Destacar que en esta carrera llamada “La montaña solidaria” se recaudaron 700 euros para “ALDEAS INFANTILES”, que corresponde a parte de lo pagado por los corredores por el dorsal.
14 comentarios:
Enhorabuena chavalotes!!!!
Siento no haberos acompañado en esta.... bueno realmente no lo siento que me trae unos recuerdos...
bonitas afotos!!!
Enhorabuena chicos, tenéis las piernas de acero.
Telita con el Mister!! Ni 5 horitas!!
Y pensaréis mañana hacer series, y todo....
Sois unas máquinas! Me alegro de ser vuestra compañera.
Enhorabuena maquinas que envidia
FELICIDADES......los cinco fantasticos como fantastica me ha parecido la crónica ,he soñado que la próxima temporada igual hago algo de montaña.como estais esta temporada disfrutando, que espere el asfalto luego ya os tocará bajar de 40¨.Que fotos más guapas EDU.
Madre mia, si es que no paráis. Como dice Manuel, vaya envidia sana que dais. Enhorabuena a los cinco y un fuerte abrazo.
Estais imparables chicos y encima se os ve disfrutar un montón,muy bien.
Enhorabuena a los cinco!!!!
cronica y fotos: chulisimas
Enhorabuena chicos, vaya cinco maquinas!!!!! Ahora a recuperar esas piernas. Nos vemos a seiscientos y pico metros....por villanueva.
Muchas felicidades campeones.
Me gustaría saber el secreto de vuestra gasolina....Máquinas.
Saludazos.
Felicidades monstruos, se ve que le habeis cogido el gustillo a la montaña y a las largas distancias, muy buenos tiempos y bonitas fotos y bonita cronica, yo de mayor quiero parecerme a vosotros.
Vaya Tela..!!
Me gustó mucho, lo pasé estupendamente con estos cuatro ilustres. Casi como en un guateque de los de Tomás...
El clima, también acompañó, a ver si a la próxima vamos algun@s más.
Por cierto, el "Hay que ganaaaarrr" ya es un clásico. Pide derechos de autor, Carlos Rubio.
Edu, ¿qué es eso de Valdecebollas que te oí en cierta ocasión?
Muchas FELICIDADES CAMPEONES, mucha envidia me dais,esta vez no pude acompañaros pero ya no me pierdo ninguna de estas batallitas, espero que mis suegros no se vuelvan a casar.
Un Saludito.
Buscando buscando,,, al final encuentras carreras para hacer toda una temporada de montaña.
La de Valdecebollas la pusimos hace dos temporadas en el blog. Un recorido de 42 km entre 1.039 y 2.139 m en Barruelo de Santullán, cerca de Aguilar y Reinosa y de esa montaña palentina que tanto le gusta a Pepe. Es en Mayo, ya hablaremos.....
De la del Sábado terminé contentsimo, un día ideal un trazado muy bonito y un planteamiento muy inteligente de los 5 que salimos de menos a más y terminamos con muy buena marca.
Son de las que te quedas con ganas de volver. En Otoño el campo es feliz y se nota.
P.D.
Manolo, cuando llamaste a Jose creiamos que era para decir que ya estabas con el dorsal esperando en la salida.
Enhorabuena chicos!
Vaya carrera habéis hecho ¿pero qué os dan de comer?
Es orgullo estar con vosotros!
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